[space_20]Cómo no podía ser para menos, Lisboa también tiene un mercado y una heladería tan ocurrentes y deliciosas como el Mercado de San Fernando o Mistura, y que al igual que estos han sido un gran descubrimiento. Capítulo tercero y final del redescubrimiento de Lisboa (pero solo hasta septiembre, cuándo los empezará de nuevo el bombardeo lisboeta) Mercado da Ribeira. La primera vez visité el Mercado da Ribeira fue por allá en el 2008 siguiendo la fama de sus puestos de flores, pero al llegar lo que me encontré fue una gran fiesta de viejitos bailando al ritmo de Julio Iglesias, prácticamente poseídos y buscando a cuanto incauto encontraran para arrastrarlos a la pista de baile. Fue una escena memorable, en un entorno muy clásico lisboeta, nada más y nada menos que en la ribera del tajo junto a Cais do Sodré y en uno de sus mercados más emblemáticos. Un…

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Mistura Ice Cream

[space_20]Hay algo especial sobre comerte un helado muy rico, tal vez sea esa sensación en las papilas gustativas de pleno y absoluto placer, de una deliciosa crema helada deshaciéndose poco a poco en la parte de atrás de la lengua, que bien puede ser un punto g, pero g de gastronómico. Y cuando hay sorpresas como pedazos de brownie o fresas o caramelo, que te encuentras casi por accidente, pero con la certeza de que si es un buen helado sabes que te sorprenderá, que será un encuentro animado con los sabores que ya tienes en la boca, es simplemente inolvidable. En Mistura son especialistas en crear estas sensaciones con sus helados y muy magistralmente con su Chai latte, sí, incluso con un té.[space_20] [space_20]Una de sus creaciones más espectacular es su combinación de Helado de chocolate (el mejor de Madrid a mi parecer), escamas de sal, cayena y aceite…

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[space_20]La Gelateria Di Angelo es toda una institución en al barrio de Arganzuela, en las orillas del Río Manzanares. Es de estos sitios de barrio de toda la vida, donde te conocen y se alegran de verte, donde te dan recomendaciones simplemente porque creen en dar un buen servicio y te sientes bienvenido. Es de aquellos lugares que se convierten en un pequeño tesoro para los recién llegados al barrio y para aquellos que lo descubren accidentalmente. Y ese es nuestro caso. Algo que debido a mi obsesión con los helados puede, fácilmente, ser considerado algo del destino.[space_20] [space_20]Para mí el helado es casi una religión. Comerlo es un ritual que hay que aprender y respetar, no hay nada más descorazonador que ver a alguien comer un helado mientras deja que se derrita y se desperdicie en el suelo o en las manos. Si vas a hacer algo tan sagrado…

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Pequeños locales, cada uno con su propio encanto,  repletos de polos de múltiples sabores; desde frutas tropicales a chocolate pasando por Bailey’s (crema de whisky) repartidos en puntos clave de Bogotá.

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