[space_20]Todo empezó con una pareja de novios estableciéndose en Madrid después de vivir dos gloriosos años en Barcelona, donde se habían acomodado ya a la gastronomía propia de estudiantes en bancarrota de comida foránea y barata. Pero en medio de muchas decepcionantes búsquedas de comida medianamente decente y acorde al presupuesto se enamoraron de unas hamburguesas (de las que pronto hablaremos) que no solo eran baratas, pero deliciosas y con unas patatas fritas que rayaban en la perfección.[space_20] [space_20]La pareja, de nuevo, empezó su peregrinación de locales para encontrar la hamburguesa que tomaría el puesto de aquella que, con todo el dolor del mundo, dejaron en la ciudad condal. Tras meses de pesquisas infructuosas decidieron arriesgarlo todo y le escribieron inocentemente a un famoso crítico gastronómico para que les ayudara a encontrar su preciada ambrosía, con la desesperanza de aquellos que ya lo han perdido todo y esperan ya nada.…

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