Todo empezó con un chico corriendo por Madrid para llegar a tiempo a una cita. En uno de esos días de invierno en que la ciudad se siente quieta y gélida y cualquier sofá se convierte en un paraíso tropical del que es difícil desprenderse. El chico, con el estómago vacío, corría por Malasaña, un barrio nuevo en una ciudad nueva que pasaría efímeramente por su vida. Y así como el frío que tenía pegado a los huesos no le permitía dejar de moverse bajo ninguna circunstancia, también el hambre le empezaba a desesperar. Y así en el momento preciso y en el lugar preciso se encontró en la calle Espiritu Santo, en una de las esquinas más deliciosas de Madrid. Esponjosos muffins en Happy Day Bakery Esta calle no evoca lugares o vistas o encuentros, evoca olores, sabores y colores. Y así el chico entró, siguiendo a su nariz,…

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[space_20]Es un secreto absolutamente madrileño, en el más madrileño de sus barrios, Lavapiés. Pocos turistas llegan a  entrar por sus puertas, aunque sus torres al mejor estilo de los Austrias llamen tanto la atención.  Será porque queda un poco escondido entre la espectacular biblioteca en las antiguas Escuelas Pías en la calle Mesón de Paredes, o por la imponente tabacalera, toda una afirmación cultural en la ciudad. Y es cierto que suele pasar desapercibido, su arquitectura puede ser fría y lejana para algunos, pero la realidad es que la fachada contrasta con el interior lleno de frutas, verduras, panes, comida griega, italiana, japonesa, española y libros, muchos libros.[space_20] [space_20]Este mágico lugar es el Mercado de San Fernando, en la calle de Embajadores. No es el mercado restaurado a medida del turista, no está lleno a reventar, excepto los fines de semana en que la gente del barrio y alrededores llega…

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