Carta de Amor a Granada, La Alhambra.

Carta de Amor a Granada, La Alhambra.

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A veces queremos decir todo sobre algo o alguien que hemos conocido; algo o alguien que nos gusta demasiado, que se ha quedado grabado en nuestra cabeza y no podemos, por más que intentemos, librarnos de ello. La Alhambra es ese algo que a mi se me quedó pegado a los pensamientos; lo quiero decir todo, pero al mismo tiempo me quiero quedar con ese recuerdo guardado para siempre, como para no gastarlo. Para evitar por sobre todas las cosas olvidarme de ella. Tal vez por eso me ha costado tanto trabajo escribir este post.

Es famosa la leyenda de la Puerta de la Justicia, que nos advierte que el día que caiga la Alhambra se acabará el mundo. Sí, es una historia un tanto funesta, pero estoy segura que aquel que la haya inventado o escrito o cantado era otro gran enamorado de este lugar, porque es tan bello, tan poderoso, tan mágico y tan misterioso que es inevitable pensar que su destino debe estar ligado con el de la humanidad.

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La Alhambra es una matrioska de emociones. Primero la vez allí arriba, desde la Plaza de Santa Ana, dominando la ciudad, imponente y fría, como un guardián que no se puede permitir distracciones y que vigila impertérrito a ciudad; luego, cuando la vemos desde el mirador de San Nicolás, te das cuenta que el guardián se ha convertido en un venerable viejo que observa Granada, un viejo que carga en sus espaldas la belleza de la sierra y que sabes que oculta una gran sabiduría. Y luego la recorres, y si eres tan afortunado como yo y eres capaz de abstraerte de la horda de turistas, la puedes disfrutar, y empaparte de su arte, de su naturaleza, de los cientos de miles de momentos que llevaron a que se construyera, se adornara y se adorada el más hermoso de los lugares del mundo.

Antes de viajar decidí leer los Cuentos de la Alhambra de Washington Irving, así que el recorrido que hice para llegar al monumento fue el mismo que recorrió el escritor. Saliendo de la Plaza Nueva y subiendo por la Cuesta de Gomérez. Así te encuentras con la Puerta de las Granadas, la entrada al bosque que rodea la Alhambra y que comparte su nombre. El recorrido es simple, solo que hay que seguir el camino y no desviarse. ¿Por qué recomiendo subir por el bosque? Porque lo hice en otoño, y el bosque estaba vestido de colores ocres e intensos que se confundían con los imponentes muros de la fortaleza, porque el bosque está plagado de hilos de agua que bajan de la Alhambra y tintinean todo el tiempo, porque te encuentras con Washington Irving y la Puerta de la Justicia por el camino, y porque es imposible imaginarse que algo tan bonito como un bosque en otoño pueda ser superado por una fortaleza, un edificio. Es un recorrido demandante, de cuestas pronunciadas, así que avisados quedan. Una vez llegados a la entrada es poco lo que puedo decir, porque es aquí donde sus recuerdos de la Alhambra empezaran a tomar forma, dónde finalmente entenderán por qué le llamo la matrioska de emociones.

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Pero si necesitan un spoiler, aquí va: La Alhambra es una sucesión de edificios que son protagonistas de su propia historia y que a su vez cuenta otra gran historia. Siendo el más impactante de todos estos son los Palacios Nazaríes. Es aquí donde las leyendas empiezan a envolverte, donde las formas enrevesadas y laberínticas que vemos en las fotos cobran vida y te atrapan para no soltarte. Donde los colores son un pálido reflejo de lo que alguna vez fueron, pero aún así conservan una belleza inimaginable. Realmente es inesperado encontrarse con este paraíso detrás de los toscos muros que la rodean. De ahí que se una matrioska, cada paso que das descubre una nueva maravilla.

Casi se agradece que hay tantos espacios en restauración, cada uno es una excusa para volver..Porque a Granada, siempre estaré volviendo.

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Postdata:

Si quieres seguir este recorrido, es muy fácil hacerlo tanto a pié como en bus. Desde la Plaza Nueva (junto a la Plaza de Santa Ana) la ruta circular C1 hace un muy práctico recorrido por el Albayzín y sube hasta el mirador. Desde la Plaza de Isabel la Católica (a unos 100 metros de la Plaza Nueva), sale la C3, que sube hasta la Alhambra recorriendo el Realejo. Aunque siempre recomiendo enormemente subir a todas partes caminando, lo siento gente, soy así de romántica.  

 

 

 

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